La Navidad es un momento mágico, lleno de alegría y generosidad, pero también es una época en la que solemos tomar decisiones impulsivas. Entre luces, villancicos y celebraciones, muchas familias consideran la adopción de un animal como parte de los regalos.
Sin embargo, antes de dar ese paso, es crucial reflexionar profundamente. Un animal no es un juguete ni un adorno festivo: es un ser vivo que merece amor, cuidado y compromiso durante toda su vida a nuestro lado.
Piensa que tu decisión es un acto de amor, pero también de compromiso
Adoptar un animal es un acto que transforma tanto la vida del animal como la de quien lo recibe. Pero esa transformación solo puede ser positiva si la decisión se toma con el corazón y con la cabeza.
Por desgracia, en todos los refugios que visito, me encuentro historias de perros
abandonados meses después de ser adoptados en Navidad. Perros que en su día fueron un regalo sorpresa para una familia con poco tiempo para pasear y educar a un cachorro. Su abandono no solo les rompió el corazón, sino que también evidenció la falta de planificación de sus adoptantes.
Considera el impacto en la vida familiar
Antes de adoptar, hazte preguntas importantes:
• ¿Quién será el principal responsable de su cuidado?
• ¿Tenemos tiempo suficiente para atender sus necesidades diarias?
• ¿Qué pasará si nuestras circunstancias cambian (mudanzas, trabajo, viajes)?
Conozco a una chica, Laura, madre trabajadora de dos niños pequeños, que decidió adoptar a Luna, una gata de la calle. Aunque inicialmente parecía una buena idea, las exigencias de la vida diaria superaron su capacidad para cuidar a Luna, lo que generó que la convivencia entre toda la familia se resintiera.
Reflexiona antes de decidirte a adoptar
No todas las familias y estilos de vida son compatibles con tener un animal. ¿Quieres un perro activo o prefieres un gato más independiente? ¿Estás dispuesto a dedicar tiempo al entrenamiento y la adaptación?
Un ejemplo positivo es el de Juan y Marta, una pareja que pasó meses visitando refugios y hablando conmigo para entender qué tipo de animal se ajustaba mejor a su vida. Finalmente, adoptaron a Toby, un perro mayor que se adaptó perfectamente a su ritmo tranquilo y compartió con ellos muchos años de felicidad.
Evita la compra
La compra de animales durante las fiestas puede fomentar el comercio irresponsable, donde muchos animales son criados en condiciones inadecuadas o vendidos sin garantías sanitarias. La adopción en refugios y protectoras, donde miles de animales esperan una segunda oportunidad, es, sin lugar a dudas, una opción mucho más responsable.
Actúa con previsión para evitar el abandono
• Busca ayuda profesional: Si surgen problemas de comportamiento, consulta a un etólogo. Por ejemplo, un simple hábito como tirar de la correa puede resolverse con entrenamiento adecuado.
• Crea una red de apoyo: Habla con amigos y familiares para planificar quién
puede cuidar del animal en caso de imprevistos o vacaciones.
• Infórmate bien: Entender las necesidades del animal puede evitar decisiones que terminen en abandono.
Reflexión final
Estas fiestas, si decides incluir a un animal en tu familia, hazlo con la certeza de que será un miembro más, para siempre. Piensa en la felicidad que le brindarás y en la conexión especial que creará contigo. Cuando adoptas con conciencia, no solo das un hogar, sino que también encuentras un compañero que llena tu vida de amor incondicional.
Si necesitas orientación sobre el proceso de adopción o cómo elegir al compañero perfecto, no dudes en contactar conmigo. Juntos, podemos hacer que esta decisión sea el mejor regalo tanto para tu familia como para el animal que está esperando un hogar. También os ayudaré a mantener una relación sana y respetuosa con vuestro nuevo compañero de vida.